Último poema escrito por Angel Escobar। Es un texto que no tiene título y que está dedicado a su amigo, el pintor Nelson Villalobos :
la creación de un mundo soterrado que cuando
está en sí, y siempre lo está, hace nacer
de lo aparentemente muerto y trivial
una primavera que carga con todas las estaciones.
Puede que esto sea, y lo es, un lugar común,
De eso está lleno el mundo. Mis palabras
Se acercan, pero también se alejan,
Ellas mismas buscándose, y no, no están, no vienen,
Sólo ven las infinitas posibilidades en el color
Y el sabor de lo que vislumbran un cuadro
o una escultura de Nelson. Ustedes puede
que se le acerquen ahora, yo siempre he estado
allí, aquí, acullá, en eso que él ha querido
llamar villalobismo। Y por qué no,
cada uno tiene un modo de entenderse a sí mismo,
y él está buscando o ya encontró esa manera,
se mira y se ve, y eso es un privilegio,
ser su propio espejo, que tu obra te refracte,
y que nunca te repita como se repite a diario
el juego de las decapitaciones। Vea Ud। e intuya
este incurrir de Villalobos en formas que se fugan,
y si son capaces, en su fugacidad, adquieren
la fijeza, y ese desprenderse imantado
alegría o tristeza, y siempre la sorna de los estilos
que se buscan ya estando en el palacio de la significación.
Ángel Escobar. Cuba, 13 de febrero de 1997
VISITA DE WIFREDO LAM A CUBA, 1986
Nelson Villalobos fue el artista seleccionado por Wifredo Lam en el año 1986 dentro de innumerables propuestas presentadas por varios artistas de Cuba para la realización de un busto al artista internacional. Esta pieza cuenta de gran valor ya que fue el único busto que se realizó a Wifredo Lam en vida.
Del mismo se realizaron dos piezas en bronce una forma parte de la colección del Fondo de Bienes Culturales de Cuba y la otra pieza se encuentra en París, propiedad de la viuda de Wifredo Lam. El prototipo original es propiedad y forma parte de la colección del artista Nelson Villalobos.
La Habana, 1986
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