4/06/2010


VISIONES DE UN GUAJIRO
EXPOSICIÓN "CRISTALES ROTOS".



Este pintor que ha llegado a mi Macondo me parece tan “Chiflado” como sus propios cuadros. “Quien ha visto pedirle opinión a un tipo del lado acá del túnel de la Habana? ¿A un guajiro que jamás se ha parado ante un Picasso ni ha entrado a otra galería que no sea la de su pueblo, con las paredes blancas temblándoles de tanta ingenuidad?
Lo cierto es que este hombre con su barba de pope ruso y su sonrisa nada ortodoxa nos ha embrujado a todos y andamos afiebrados de tanta vigilia.


Sus pedazos de cristales rotos- ¡desde sabe dios cuando desde el mismo ombligo de la humanidad y regalados a él por otros hombres (¡también locos!) nos persiguen. Quieren hacer su fiesta armándonos el sueño para que mañana perdamos irremediablemente el camino a casa, y solo encontremos con Hamsen y Gretel la casita de caramelo.
¿Acaso nos dará por pintar las paredes de nuestras cavernas y encender fuegos para librarnos de estos LOBOS? ¿O nos sorprenderá el día buscando en los cajones de la infancia perdida también nuestros espejos?


He visto asombrarse a las paredes blancas, aunque ya no tan ingenuas, de la galería de mi pueblo. Tanto cuadro ha roto su armonía y levanta la tapa de la Caja de Pandora para que las interrogantes nos piquen como abejas.
Y se preguntarán las muchachas de mi pueblo ¿Será este poeta que tanto esperamos en el vibrante sexo de la noche a la espera de su más erótico verso?


Y se preguntarán las comadres de mi pueblo. ¿Quién es este “demonio” que ha venido a inquietar a nuestros domésticos artistas?

Y se preguntarán los científicos de la calle”, esos inventores del juicio más grosero: ¿Estaremos ante quien dio nombre a trompas de Falo-opio?
Y los artistas de mi pueblo se preguntaran: ¿Hemos recibido a uno de los tantos profetas anunciados por las “Sagradas escrituras” del jeroglífico y el papiro?


Y yo me pregunto: ¿Estaremos ahora detrás o delante del espejo? No sé. No lo averigüen. En definitiva soy un tipo del lado de acá del túnel de la Habana que no entiende que es el neoexpresionismo o la transvanguardia ni le interesa las disquisiones de los críticos de arte por enjaular el ICARO que habita en cada pintor.

¿Estaré ya tan loco como este medio brujo, medio pope, medio orate?

Lo único que sé es que ha conmovido, que al menos cuarteado el pedazo de cristal que me quedaba sano el lado izquierdo del pecho. ¿Qué sucederá cuando el artista levante el vuelo de mi pueblo? Pero bueno, ¿a quien le importa la opinión de este guajiro?


José Aurelio Paz
Ciego de Ávila/ 1990