10/13/2008
ENTREVISTA DE ADALBERTO ROQUE A NELSON VILLALOBOS
Es bien conocido por pintores y dibujantes que la superficie blanca de una cartulina o lienzo, puede poner a titubear a cualquiera, máxime si ese alguien está enfrascado en la febril lucha por encontrar un camino propio, capaz de facilitar la salida de aquellas ideas que se van gestando en el artista.
A pesar de tal premisa, para muchos la presencia del rectángulo blanco les provoca la incontrolable necesidad de trabajo, de cubrir la muda superficie para transformarla en parlante realidad bidimensional, sea con crecientes planos de color, violencia gestual o asiática paciencia.
Nelson Villalobos Ferrer es un joven para quien el trabajo continuo es la única forma de crear algo digno y propio dentro del arte. Nacido en Cumanayagua el 11 de diciembre de 1956, cursa el quinto año del Instituto Superior de Arte en la especialidad de artes plásticas. Apasionado admirador de los dibujos caligráficos de los niños y del arte en general, hace hoy realidad sus sueños de ser pintor.
“Me interesa enseñar y pintar. Aprender de los alumnos, hay cosas que ellos experimentan que uno va asimilando; además, hace años que vengo trabajando a partir de la infancia.”
“¿Qué es lo que más te interesa de los niños dentro de las artes plásticas? ”sobretodo la actitud ante el papel en blanco, la manera de concentrarse, la forma de poner el color, la ingenuidad con la que plantean el tema.”
“¿Se puede hablar de varias influencias en tu obra? ¿Cuáles consideras determinantes?
“Las relaciones con Wifredo Lam fueron de las experiencias mejores que he tenido porque además de conocer al artista, conocí al hombre. Aprendí que mientras más grande es alguien más sencillo es. Por él aprendí amar mucho más la naturaleza, a verla más.”
Recuerda: “Cuando lo conocí, yo trabajaba fundamentalmente la escultura y, de vez en cuando pintaba. Fue pintura lo que le mostré; él reparó en mi trabajo y me alivió mucho. No lo puedo olvidar, me dio muchas lecciones”.
“¿Recibiste influencias de su obra?”
“Por estar en una etapa de investigación mi obra es muy variada. Es una cuestión que yo me planteo, ya sea en el aspecto técnico, el tema o la concepción del cuadro. Últimamente lo que hago es trabajar por series y cuando entiendo quye etsá agotada, salgo en busca de otro camino. Una de estas series está influida por Lam. Siempre me ha impresionado su pintura”
Agrega:” Julio Girona me influyó, al menos en la concepción del cuadro y en los elementos a emplear en él. Pero, uno de los pintores cubanos de quien más yo he aprendido es de Antonio Vidal, tanto en el plano artístico como en el humano”.
“¿Qué opinas de la actual generación de artistas plásticos cubanos?”
“Es bueno que existan contradicciones para engendrar desarrollo. Es válido todo tipo de arte. Esto enriquece la cultura. Es un paso de avance que se acepte el arte conceptual, por ejemplo, pero, ello también puede traer confusiones; cosas que serán arte, cosas que no. Artistas que serán muy sinceros, otros que no lo serán. Y, en general creo que cualquier manifestación artística debe ser sincera y de rigor.”
“Por tu vocación de lector, crees que desde la literatura alguien ha podido influir en tu concepción del arte?”
“Busco en la pintura dejar la huella humana. Y esto lo encuentro en Dostoievsky, quien trabaja mucho con la psicología de sus personajes. Pienso que la literatura dota al hombre de cierta sensibilidad que surge cuando está creando.”
“¿Qué ha significado para ti estudiar en el ISA?”
“En el Instituto he podido estrechar relaciones con mis compañeros, además de estar trabajando y aprendiendo, debatir nuestro criterios artísticos que, finalmente, proveen a uno cierto desarrollo en las ideas estéticas.”
Sobre su obra actual, dice:
“Trabajo diariamente en mi tesis de grado. Pintar me cuesta siempre mucho trabajo. Cuando termino un cuadro me siento liberado del sufrimiento que me provoca la evolución de este, luego, comenzaré de nuevo a sufrir, y así sucesivamente…”
Entrevista realizada por Adalberto Roque, Cuba, 198_
Roque, Adalberto. Villalobos o el trabajo contínuo. En,
http://www.algopersonal.com/
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8/10/2008
EXPOSICIÓN TEMPORAL EMBAJADA DE CUBA EN CANADA
NELSON VILLALOBOS
Was born in Cumanayagua, Cuba, in 1956.
Has presented personal exhibitions in Havana and other Cuban venues, as well as Zaragoza, Huesca and Pamplona (Spain), Karlsruhe (Germany) and Paris (France).
Has presented his art works as part of collective exhibitions in Rijeka (Yugoslavia), Barcelona, Zaragoza and Madrid (Spain), Mexico City, Moscu (Russia), Paris (France), Boston and New York (U.S.A.)
Some of his works are part of museums, institutions and private colections in Havana, Cienfuegos, Zaragoza and Pamplona.
International awards:
- Finalist at the XXV Interational Drowing Award "Joan Miro" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Biennial "Jaime Guash" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Contest "Peña Soltera Aragonesa" (Zaragoza, Spain)
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www.iosphere.net/~ottawcon/Galtem
Source: "Revolucion y Cultura" magazine


(1)"La isla que por el mar baila, crece en el despertar del azul" 1996, Acrílico/tela
(2)"El Greco sueña al despertar por la caricia" . Acrílico sobre tela, 187 x 158 cm. 1993


(1) "Buen mirar de ojos". acrílico, 41 x 27 cm. 1996
(2)"Aquí son numerosos los atropellos". Acrílico sobre tela, 90 x 180 cm. 1995


(1) "La pesca que se extiende silenciosa" Acrílico/ cartulina 70 x 49 cm. 1992
(2) "Formas visitadas enla playa" Acrílico/tela 220 x 150 cm. 1993
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8/09/2008
ACERCA DE LA VARIEDAD, LA SINTESIS Y LA MUCHA PINTURA DE NELSON VILLALOBOS. GALERIA NESLE. PARIS,1993


Acrílico/papel. 1992. 114 x 81,5cm


(1)Acrílico/papel. 150 x 107cm. 1992. (2) Acrílico/ papel.220cm x 200cm. 1992


Acrílico/ lienzo. 200cm x 350cm. 1993.
Hace ya algún tiempo que sigo la obra de Nelson Villalobos. Aparte de las colectivas, he visto tres muestras de este artista en otros tantos años, una de ellas semiantológica, ya que abarcaba de1985 a 1992. También conozco el último de sus estudios en Zaragoza. De manera que creo tener impresiones fundadas en el trato directo con la persona y con la pintura. Y debo decir, por lo pronto, que dada la exuberancia multiforme de su producción, hubiera esperado cierto desorden en el taller. Pero no es así, desde luego, puesto que pronto descubre, sin concierto rígido, un sistema que se encamina a la funcionalidad. Pienso que las muchas variantes con que parece rechaza estilemas unitarios se apoyan en su enorme y versátil trabajo productivo. Aunque tampoco desestimemos el gusto ecléctico que elige cuanto le place de las distintas experiencias.
El primero de sus dos manifiestos de “RUPTURA” va firmado por Villa, Lobo y el otro, mientras que en el segundo habla de un grupo en el que participan Nelson, Villa, Ferrer y Lobo. Todos se reducen, sin embargo, a él mismo con la única compañía de s nombre y apellidos. Asume de tal modo la diversidad que prefiere parecer varios en un intento con cierto talante provocativo. Claro que también en la presente exposición encontraremos tres planteamientos distintos. Pero “en el villalobismo” – y son palabras suyas- todo es arbitrario, porque todo tiene razón de ser”. Así admite rasgos magistrales, como los de Klee, Matisse, Miró o el inevitable Picasso, junto a la huella hispanoamericano de Lam. O la más reciente y europea del esquemático Penck. O la de Goya. Nelson es ducho en digerir y llevar a término compatible enfoques muy diversos, con el nexo común del gusto por la factura. Algunas definiciones del arte insisten, a fin de cuentas, en el acto técnico de “hacer” con uso de materiales e intencionalidad.
Su actitud integradora nos lleva de la mano a considerar un sincretismo muy propio del origen caribeño. Con frecuencia lo ha manifestado, si bien menos explícito que en la etapa inmediatamente anterior con la que hoy enlaza. A comienzos de 1993 comencé la síntesis entre la cultura africana animista y al española católica, con pre4sencias como la del misterioso Changó, que es también Santa Bárbara, siempre con su hacha encima. Personaje que, por cierto reaparece una y otra vez en su trayectoria. El primer grupo de lo que prepara para su próxima salida ante el publico anda ahí, por lacedemonia nocturna- sombrío incluso de paleta- por el ídolo y por la máscara. Lo que me enseña ahora se inicia en el papel e implica un carácter más espontáneo dentro de los símbolos y del código personal. Después lo amplía hasta los dos metros. Desde lo previo llegan los esquemas, semejantes a los antiguos antropomorfos, que recuerdan a Penck, aunque resulte más gráfico y villalobos más pictórico.
Sigue un capitulo diferente, ya que parte aquí de collages pequeños, con elementos pegados en realidad, para elevarlos luego a pinturas grandes sobre tela. Esa especie de mosaico le permite unir fragmentos desiguales, cada uno de su tendencia, como clásicos, históricos de otros periodos, fantásticos, kichs y abstractos de color plano. Cabe situarlo entre dos polos: el zúrrela, tan aficionado a los fotomontajes imaginarios, y el cubismo que conlleva factores racionales y es la raíz de cualquier rama constructiva. Porque Nelson resulta más racionalista, se preocupa más por las composiciones y los ritmos. Junta además lo figurativo con lo que no lo es, lo que finge volumen con lo que no lo tiene, las degradaciones con los tonos uniformes. No falta la cuidadosa transcripción de los rasgados originales del papel que traducen por el blanco del soporte, para una calidad tan ilusoria como deliberada.
Por lo que al tercer bloque se refiere, constataremos un eco de las piezas iniciales, puesto que Nelson Villalobos retoma parte de su iconografía. Otra vez hayamos a Changó con el hierro doble sobre su cabeza, como una estilizada cabellera de antaño. Para el que no necesitamos otros modelos que los pictogramas del Caribe, las imágenes populares cubanas o a los fetiches negros. Igual que los hombres-flecha, igual que los guerreros, se inscribe en campos de bastante complejidad, casi como un emblema; pero lejos de simple grafismo, ya que admite una materia relativa en los fondos y también textura en los motivos, a veces sustituidas por el liso brillo del esmalte. Ha vuelto más libre y directo que nunca, con más desparpajo en el decir, con más juego en la transparencia de sus aguadas, más colorista, solo comparable a sus frases ya remotas, recién venido a españa. Con ese repertorio alude Nelson Villalobos a costumbres ancestrales, a ritos prehistóricos, a fiestas de génesis lejanas, a carnavales que arrastran el erotismo de los trópicos. Le gusta contarnos de donde viene. Pero le interesa, más que nada, pintar.
Ángel Azpeitia
Zaragoza, 1993
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5/13/2008
UNA VIEJA RELIGIÓN. Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS" por ALDO MENÉNDEZ

Algo inquietante y herido por sombras, que se adentra en la religión de los negros africanos, fundada de esta lado del océano, nos conduce a un panteón de invenciones, quizas sudverticiamente consagrado a la muerte, donde a fuego lento, pedazos de la realidad casi indescifrables, están marcando a dioses surgidos de su imaginación demasiado caprichosa.
¿Qué drama cotidiano se infiltra? No importa, ya lo sabemos…
Nadie debía viajar sobre esta isla condenada a grandes estremecimientos, nadie verdaderamente sensible, sin intentar dar un paso en su íntima expresión a algunas de las crestas de sentimiento que la agitan.
Y ahora en el momento más aciclonado de la isla aparece el lobo, el solitario Villa-Lobo, como quien trae ingenuamente, casi sin querer, la respuesta de una pregunta que todavía no nos atrevemos a formular, porque en fin, es materia interior de la ola, paisaje de la ola por dentro; mientras la mayoría seguimos mirando despreocupados la textura externa de la ola, según ella se desliza cual mole incontenible u gigantesca hacía un punto de la geografía marina, en que surgirá seguramente una cresta.
¿Es solo el toque que da esta tierra al expresionismo de siempre y de todas partes?, ¿es el matiz local, la situación singular al margen o desfasada de la moda?, ¿es la mezcolanza caprichosa que el cubano trae en la sangre o la mezcolanza racionalista que el europeo ensaya en sus laboratorios culturales y se nos mete en el cuerpo por algún viaje?, ¿es eso lo que se observa en estas obras?, ¿es eso lo que produce una vibración tan especifica?. Creo que es todo eso y es mucho más. Es una vigorosa alegoría, es también la inevitable alegoría, la que sale a relucir aún cuando estemos seguros, resguardados en nuestro refugio; aún allí, es ese fragmento de realidad que sin permiso hace violento el reposo deseado y agresiva la intención más delicada, más discreta, más sublime.
La Habana, 1990
EL PINTOR VILLALOBOS por JULIO GIRONA. Para la Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS"
He seguido la trayectoria de Nelson Villalobos. Su serie de la exposición que efectuó en Alemania fue para mí una revelación. Conocía su obra anterior, donde mostraba ser un pintor de talento, pero las pinturas que exhibió en Europa eran ya las de un artista logrado, seguro. Durante varios días pensé en esos cuadros, de un dibujo suelto, espontáneo. La gente a mi alrededor parecía haber salido de sus telas, y el mismo pareció que se había vestido para andar por la calle y montar en guagua sin problemas.
En esta exposición vemos que el pintor no se detiene, que busca y encuentra, nos sorprende y se sorprende de sí mismo. En sus imágenes de forma primitiva, y sus figuras con cabezas de pájaros y búhos, que surgen en un escenario de magia, y se revela como poeta y el pintor. Sus pinturas son de dimensiones grandes, no importa el tamaño.
LA HABANA, 1990
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5/12/2008
NELSON VILLALOBOS "CADA DÍA NECESITO UN SONIDO"

Nelson Villalobos posa en su taller, en el centro de Vigo. / Foto MIGUEL NÚÑEZ
Faro de Vigo.Domingo 09 de abril de 2006
NELSON VILLALOBOS “Cada día necesito un sonido”
5/11/2008

Abril de 2007
NELSON VILLALOBOS. DESDE SU PROPIO INCENDIO.
A Lázaro, porque nos faltas.Para Nelson, que no me faltes

Concurre también un exorcismo dadaísta, una tendencia explícita a la teatralidad como ruptura del pensamiento lógico que se entronca con lo onírico expresivo de lo surreal, todo eso sí, explicitado a la manera de un muralista, no ideológico, no patriótico, sino subversivo, tatuador de ciudades, embellecedor de muros decadentes, grafitero y calígrafo de palabras inteligibles, donde homenajea al amigo que no está, el aedo que sacralizaba el ron y la melodía, recitando poemas desde la dulzura y desemboca, batido, mezclado con la exquisitez de un alquimista, en un mundo personal, minucioso, donde cabe todo aquello que lo define y lo vivifica. Y cada vez que crea un fragmento del mundo, expresa un amor inconmensurable hacia sus principios, hacia su estética, pues esta es y será para siempre, su ética. Ética/estética tribal, simbolista, cosmopolita, poética, donde uno se sumerge en la crisis misma del hombre que fue, del hombre que es, del único hombre y su misma crisis, para salir transido de esperanza, del reencuentro en el laberinto, sin más equipaje que ser uno mismo. ¿ Que diferencia lo que vemos hoy en estos dibujos de lo que nos llega del mundo exterior? Su audacia para proponer alternativas, su increíble maestría para devolvernos entero un mundo roto, su apego a la humanidad primordial, donde la idea de la inocencia, trasmitida en la mixtura cultural de símbolos propiedad de todos, sin líneas culturales demarcatorias, era la idea del cosmos, de nuestro universo interior. La diferencia radica en la falta pose, en la humildad del iluminado, del sabio que conjuga y aprende; del chamán que nos conduce y nos incita al viaje iniciático. Un viaje interior a un solo hombre, que forma parte de la idea colectiva de la humanidad. Y como chamán nos trae de vuelta, temblorosos, asustados, perplejos.

Virginia Ramírez
Crítico de arte
Vigo, febrero 2007
2/10/2007
EL PINTOR, LA CIUDAD Y EL ALMA
Crítica de arte:Virginia Ramírez Abreu
Sin embargo, no es descabellada la idea si tenemos en cuenta que esta vez, el iconoclasta pintor, inventa ciudades artificiales y nos sorprende con su concepto particular de urbe. A pesar de que es infatigable como viajero y profundo conocedor de media Europa, esta vez no ha mirado en un de esos diarios que gusta llevar consigo, ni siquiera ha "ojeado" libros. No, estas ciudades son las que están en su corazón, utopías que se mezclan con su realidad. Dicho sea de paso, su realidad no esta hecha de materia, sino de pequeñas partículas de irrealidad volátil, cambiante, efímera, que él siempre intenta transmitir como eterna. Es su paradoja, su ideario más fecundo, su permanencia.


¿Que decir de estas paredes que me aguardan en los lienzos? ¿O de esos planos casi aéreos, teñidos de imposible, interrogantes desde los infinitos colores de quien vive muchas vidas? Adivino el desconchado, el repinte, el desconocido graffitti. Presupongo la simultaneidad de estilos, avizoro los siglos transcurridos en la quietud de esas paredes. Entiendo y siento mil ciudades dispares, nevadas o tropicales, grandes o pequeñas, famosas o desconocidas. Y me transporto, viajo, consiento con cada uno de mis sentidos que los colores me enamoren, que me acaricie la pincelada suave o que me abofetee la rabia de un muro agredido por la exaltación de quien ama o la violencia de quien sufre. Afirmo con esto la celebración de la ciudad como ente, transida de símbolos que representan los ideales de sus habitantes o simplemente patentizan, en gesto definitorio, sus creencias. Y me hago partícipe del homenaje, que a modo de ofrenda, hace el pintor a la ciudad de su alma.
P.D. Para el amigo Villalobos, que una vez más me sorprende y me enamora desde la erótica de sus cuadros.
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