8/10/2008









EXPOSICIÓN TEMPORAL EMBAJADA DE CUBA EN CANADA


NELSON VILLALOBOS
Was born in Cumanayagua, Cuba, in 1956.
Has presented personal exhibitions in Havana and other Cuban venues, as well as Zaragoza, Huesca and Pamplona (Spain), Karlsruhe (Germany) and Paris (France).
Has presented his art works as part of collective exhibitions in Rijeka (Yugoslavia), Barcelona, Zaragoza and Madrid (Spain), Mexico City, Moscu (Russia), Paris (France), Boston and New York (U.S.A.)
Some of his works are part of museums, institutions and private colections in Havana, Cienfuegos, Zaragoza and Pamplona.
International awards:
- Finalist at the XXV Interational Drowing Award "Joan Miro" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Biennial "Jaime Guash" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Contest "Peña Soltera Aragonesa" (Zaragoza, Spain)
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www.iosphere.net/~ottawcon/Galtem
Source: "Revolucion y Cultura" magazine





(1)"La isla que por el mar baila, crece en el despertar del azul" 1996, Acrílico/tela
(2)"El Greco sueña al despertar por la caricia" . Acrílico sobre tela, 187 x 158 cm. 1993







(1) "Buen mirar de ojos". acrílico, 41 x 27 cm. 1996
(2)"Aquí son numerosos los atropellos". Acrílico sobre tela, 90 x 180 cm. 1995






(1) "La pesca que se extiende silenciosa" Acrílico/ cartulina 70 x 49 cm. 1992
(2) "Formas visitadas enla playa" Acrílico/tela 220 x 150 cm. 1993





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8/09/2008

ACERCA DE LA VARIEDAD, LA SINTESIS Y LA MUCHA PINTURA DE NELSON VILLALOBOS. GALERIA NESLE. PARIS,1993


Acrílico/papel. 1992. 114 x 81,5cm





(1)Acrílico/papel. 150 x 107cm. 1992. (2) Acrílico/ papel.220cm x 200cm. 1992






Acrílico/ lienzo. 200cm x 350cm. 1993.




Hace ya algún tiempo que sigo la obra de Nelson Villalobos. Aparte de las colectivas, he visto tres muestras de este artista en otros tantos años, una de ellas semiantológica, ya que abarcaba de1985 a 1992. También conozco el último de sus estudios en Zaragoza. De manera que creo tener impresiones fundadas en el trato directo con la persona y con la pintura. Y debo decir, por lo pronto, que dada la exuberancia multiforme de su producción, hubiera esperado cierto desorden en el taller. Pero no es así, desde luego, puesto que pronto descubre, sin concierto rígido, un sistema que se encamina a la funcionalidad. Pienso que las muchas variantes con que parece rechaza estilemas unitarios se apoyan en su enorme y versátil trabajo productivo. Aunque tampoco desestimemos el gusto ecléctico que elige cuanto le place de las distintas experiencias.


El primero de sus dos manifiestos de “RUPTURA” va firmado por Villa, Lobo y el otro, mientras que en el segundo habla de un grupo en el que participan Nelson, Villa, Ferrer y Lobo. Todos se reducen, sin embargo, a él mismo con la única compañía de s nombre y apellidos. Asume de tal modo la diversidad que prefiere parecer varios en un intento con cierto talante provocativo. Claro que también en la presente exposición encontraremos tres planteamientos distintos. Pero “en el villalobismo” – y son palabras suyas- todo es arbitrario, porque todo tiene razón de ser”. Así admite rasgos magistrales, como los de Klee, Matisse, Miró o el inevitable Picasso, junto a la huella hispanoamericano de Lam. O la más reciente y europea del esquemático Penck. O la de Goya. Nelson es ducho en digerir y llevar a término compatible enfoques muy diversos, con el nexo común del gusto por la factura. Algunas definiciones del arte insisten, a fin de cuentas, en el acto técnico de “hacer” con uso de materiales e intencionalidad.


Su actitud integradora nos lleva de la mano a considerar un sincretismo muy propio del origen caribeño. Con frecuencia lo ha manifestado, si bien menos explícito que en la etapa inmediatamente anterior con la que hoy enlaza. A comienzos de 1993 comencé la síntesis entre la cultura africana animista y al española católica, con pre4sencias como la del misterioso Changó, que es también Santa Bárbara, siempre con su hacha encima. Personaje que, por cierto reaparece una y otra vez en su trayectoria. El primer grupo de lo que prepara para su próxima salida ante el publico anda ahí, por lacedemonia nocturna- sombrío incluso de paleta- por el ídolo y por la máscara. Lo que me enseña ahora se inicia en el papel e implica un carácter más espontáneo dentro de los símbolos y del código personal. Después lo amplía hasta los dos metros. Desde lo previo llegan los esquemas, semejantes a los antiguos antropomorfos, que recuerdan a Penck, aunque resulte más gráfico y villalobos más pictórico.


Sigue un capitulo diferente, ya que parte aquí de collages pequeños, con elementos pegados en realidad, para elevarlos luego a pinturas grandes sobre tela. Esa especie de mosaico le permite unir fragmentos desiguales, cada uno de su tendencia, como clásicos, históricos de otros periodos, fantásticos, kichs y abstractos de color plano. Cabe situarlo entre dos polos: el zúrrela, tan aficionado a los fotomontajes imaginarios, y el cubismo que conlleva factores racionales y es la raíz de cualquier rama constructiva. Porque Nelson resulta más racionalista, se preocupa más por las composiciones y los ritmos. Junta además lo figurativo con lo que no lo es, lo que finge volumen con lo que no lo tiene, las degradaciones con los tonos uniformes. No falta la cuidadosa transcripción de los rasgados originales del papel que traducen por el blanco del soporte, para una calidad tan ilusoria como deliberada.


Por lo que al tercer bloque se refiere, constataremos un eco de las piezas iniciales, puesto que Nelson Villalobos retoma parte de su iconografía. Otra vez hayamos a Changó con el hierro doble sobre su cabeza, como una estilizada cabellera de antaño. Para el que no necesitamos otros modelos que los pictogramas del Caribe, las imágenes populares cubanas o a los fetiches negros. Igual que los hombres-flecha, igual que los guerreros, se inscribe en campos de bastante complejidad, casi como un emblema; pero lejos de simple grafismo, ya que admite una materia relativa en los fondos y también textura en los motivos, a veces sustituidas por el liso brillo del esmalte. Ha vuelto más libre y directo que nunca, con más desparpajo en el decir, con más juego en la transparencia de sus aguadas, más colorista, solo comparable a sus frases ya remotas, recién venido a españa. Con ese repertorio alude Nelson Villalobos a costumbres ancestrales, a ritos prehistóricos, a fiestas de génesis lejanas, a carnavales que arrastran el erotismo de los trópicos. Le gusta contarnos de donde viene. Pero le interesa, más que nada, pintar.



Ángel Azpeitia

Zaragoza, 1993







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5/13/2008

UNA VIEJA RELIGIÓN. Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS" por ALDO MENÉNDEZ


Muchos pueden ser los mundos que nos influyen, o los submundos que nos cautivan. Aunque el hombre no lo quiera, la potencialidad de esos orbes lo tocan. Así, este que sonríe siempre y parece feliz, que aparenta estar sumergido totalmente en su particular universo, ámbito de paz y armonía, como un templo, de algún modo refleja lo que ni siquiera a veces se atreve mirar cara a cara. De suerte que sobre las telas y papeles sus pinceles desprenden un gris que nos ataca, y deslizan cuerpos que aunque serenos a primera vista, padecen o protagonizan un transe extremo.

Algo inquietante y herido por sombras, que se adentra en la religión de los negros africanos, fundada de esta lado del océano, nos conduce a un panteón de invenciones, quizas sudverticiamente consagrado a la muerte, donde a fuego lento, pedazos de la realidad casi indescifrables, están marcando a dioses surgidos de su imaginación demasiado caprichosa.


¿Qué drama cotidiano se infiltra? No importa, ya lo sabemos…


Nadie debía viajar sobre esta isla condenada a grandes estremecimientos, nadie verdaderamente sensible, sin intentar dar un paso en su íntima expresión a algunas de las crestas de sentimiento que la agitan.


Y ahora en el momento más aciclonado de la isla aparece el lobo, el solitario Villa-Lobo, como quien trae ingenuamente, casi sin querer, la respuesta de una pregunta que todavía no nos atrevemos a formular, porque en fin, es materia interior de la ola, paisaje de la ola por dentro; mientras la mayoría seguimos mirando despreocupados la textura externa de la ola, según ella se desliza cual mole incontenible u gigantesca hacía un punto de la geografía marina, en que surgirá seguramente una cresta.


¿Es solo el toque que da esta tierra al expresionismo de siempre y de todas partes?, ¿es el matiz local, la situación singular al margen o desfasada de la moda?, ¿es la mezcolanza caprichosa que el cubano trae en la sangre o la mezcolanza racionalista que el europeo ensaya en sus laboratorios culturales y se nos mete en el cuerpo por algún viaje?, ¿es eso lo que se observa en estas obras?, ¿es eso lo que produce una vibración tan especifica?. Creo que es todo eso y es mucho más. Es una vigorosa alegoría, es también la inevitable alegoría, la que sale a relucir aún cuando estemos seguros, resguardados en nuestro refugio; aún allí, es ese fragmento de realidad que sin permiso hace violento el reposo deseado y agresiva la intención más delicada, más discreta, más sublime.



La Habana, 1990






EL PINTOR VILLALOBOS por JULIO GIRONA. Para la Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS"

He seguido la trayectoria de Nelson Villalobos. Su serie de la exposición que efectuó en Alemania fue para mí una revelación. Conocía su obra anterior, donde mostraba ser un pintor de talento, pero las pinturas que exhibió en Europa eran ya las de un artista logrado, seguro. Durante varios días pensé en esos cuadros, de un dibujo suelto, espontáneo. La gente a mi alrededor parecía haber salido de sus telas, y el mismo pareció que se había vestido para andar por la calle y montar en guagua sin problemas.


En esta exposición vemos que el pintor no se detiene, que busca y encuentra, nos sorprende y se sorprende de sí mismo. En sus imágenes de forma primitiva, y sus figuras con cabezas de pájaros y búhos, que surgen en un escenario de magia, y se revela como poeta y el pintor. Sus pinturas son de dimensiones grandes, no importa el tamaño.




LA HABANA, 1990




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5/12/2008

NELSON VILLALOBOS "CADA DÍA NECESITO UN SONIDO"


Nelson Villalobos posa en su taller, en el centro de Vigo. / Foto MIGUEL NÚÑEZ
Faro de Vigo.Domingo 09 de abril de 2006

NELSON VILLALOBOS “Cada día necesito un sonido”

Apenas lleva tres meses en su nuevo estudio, pero cada rincón rezuma ya el carácter curioso, viajero y creativo de Nelson Villalobos (Cumanayagua, 1958). El pintor cubano dedica cada estancia de un céntrico piso de Vigo a un trabajo diferente: la pintura, la escultura, la fotografía y la biblioteca, que mima con el orden más delicado. "Necesito bastante espacio, porque acumulo cientos de objetos que encuentro y que con el tiempo, a veces años, pasan a formar parte de mis obras, explica. Hierro oxidado, piedras, cables, tablas, herramientas viejas, recortes de revistas... Nelson dota a cada objeto perdido de un nuevo significado. Ahora trabaja en las "islas", originales esculturas que se construyen sobre piedras. Confiesa que le "duele" cambiar de estudio y adaptarse a un nuevo espacio, conseguir sentirlo suyo. Para lograr ese ambiente idóneo, tiene una fiel compañera, la música: jazz, clásica, étnica, flamenca o cubana: "Cada día necesitas un sonido distinto para trabajar". El resto de los sentidos también encuentran cobijo en el taller: el olfato se deleita con el incienso; el gusto, con zumos y picos de pan; y la vista, con las imágenes en las paredes de poetas y pintores a los que admira. Su puerta siempre está abierta a la inspiración: "Cuando estoy en el proceso de gestación de una obra paso muchas horas metido en el estudio; incluso duermo en él. Me olvido del tiempo y me aíslo de todos; nunca abandono el taller si no sé exactamente cómo voy a continuar la obra al día siguiente", confiesa. Nelson se declara un poco "maniático" respecto al orden: "No me gusta que me cambien los materiales de sitio, porque cada pincel tiene su rincón y así no pierdo el tiempo buscándolos".