10/13/2008

ENTREVISTA DE ADALBERTO ROQUE A NELSON VILLALOBOS

"Villalobos o el trabajo contínuo"

Es bien conocido por pintores y dibujantes que la superficie blanca de una cartulina o lienzo, puede poner a titubear a cualquiera, máxime si ese alguien está enfrascado en la febril lucha por encontrar un camino propio, capaz de facilitar la salida de aquellas ideas que se van gestando en el artista.

A pesar de tal premisa, para muchos la presencia del rectángulo blanco les provoca la incontrolable necesidad de trabajo, de cubrir la muda superficie para transformarla en parlante realidad bidimensional, sea con crecientes planos de color, violencia gestual o asiática paciencia.

Nelson Villalobos Ferrer es un joven para quien el trabajo continuo es la única forma de crear algo digno y propio dentro del arte. Nacido en Cumanayagua el 11 de diciembre de 1956, cursa el quinto año del Instituto Superior de Arte en la especialidad de artes plásticas. Apasionado admirador de los dibujos caligráficos de los niños y del arte en general, hace hoy realidad sus sueños de ser pintor.

“Me interesa enseñar y pintar. Aprender de los alumnos, hay cosas que ellos experimentan que uno va asimilando; además, hace años que vengo trabajando a partir de la infancia.”

“¿Qué es lo que más te interesa de los niños dentro de las artes plásticas? ”sobretodo la actitud ante el papel en blanco, la manera de concentrarse, la forma de poner el color, la ingenuidad con la que plantean el tema.”

“¿Se puede hablar de varias influencias en tu obra? ¿Cuáles consideras determinantes?

“Las relaciones con Wifredo Lam fueron de las experiencias mejores que he tenido porque además de conocer al artista, conocí al hombre. Aprendí que mientras más grande es alguien más sencillo es. Por él aprendí amar mucho más la naturaleza, a verla más.”

Recuerda: “Cuando lo conocí, yo trabajaba fundamentalmente la escultura y, de vez en cuando pintaba. Fue pintura lo que le mostré; él reparó en mi trabajo y me alivió mucho. No lo puedo olvidar, me dio muchas lecciones”.

“¿Recibiste influencias de su obra?”

“Por estar en una etapa de investigación mi obra es muy variada. Es una cuestión que yo me planteo, ya sea en el aspecto técnico, el tema o la concepción del cuadro. Últimamente lo que hago es trabajar por series y cuando entiendo quye etsá agotada, salgo en busca de otro camino. Una de estas series está influida por Lam. Siempre me ha impresionado su pintura”

Agrega:” Julio Girona me influyó, al menos en la concepción del cuadro y en los elementos a emplear en él. Pero, uno de los pintores cubanos de quien más yo he aprendido es de Antonio Vidal, tanto en el plano artístico como en el humano”.

“¿Qué opinas de la actual generación de artistas plásticos cubanos?”

“Es bueno que existan contradicciones para engendrar desarrollo. Es válido todo tipo de arte. Esto enriquece la cultura. Es un paso de avance que se acepte el arte conceptual, por ejemplo, pero, ello también puede traer confusiones; cosas que serán arte, cosas que no. Artistas que serán muy sinceros, otros que no lo serán. Y, en general creo que cualquier manifestación artística debe ser sincera y de rigor.”

“Por tu vocación de lector, crees que desde la literatura alguien ha podido influir en tu concepción del arte?”

“Busco en la pintura dejar la huella humana. Y esto lo encuentro en Dostoievsky, quien trabaja mucho con la psicología de sus personajes. Pienso que la literatura dota al hombre de cierta sensibilidad que surge cuando está creando.”

“¿Qué ha significado para ti estudiar en el ISA?”

“En el Instituto he podido estrechar relaciones con mis compañeros, además de estar trabajando y aprendiendo, debatir nuestro criterios artísticos que, finalmente, proveen a uno cierto desarrollo en las ideas estéticas.”

Sobre su obra actual, dice:
“Trabajo diariamente en mi tesis de grado. Pintar me cuesta siempre mucho trabajo. Cuando termino un cuadro me siento liberado del sufrimiento que me provoca la evolución de este, luego, comenzaré de nuevo a sufrir, y así sucesivamente…”


Entrevista realizada por Adalberto Roque, Cuba, 198_
Roque, Adalberto. Villalobos o el trabajo contínuo. En,
http://www.algopersonal.com/





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8/10/2008









EXPOSICIÓN TEMPORAL EMBAJADA DE CUBA EN CANADA


NELSON VILLALOBOS
Was born in Cumanayagua, Cuba, in 1956.
Has presented personal exhibitions in Havana and other Cuban venues, as well as Zaragoza, Huesca and Pamplona (Spain), Karlsruhe (Germany) and Paris (France).
Has presented his art works as part of collective exhibitions in Rijeka (Yugoslavia), Barcelona, Zaragoza and Madrid (Spain), Mexico City, Moscu (Russia), Paris (France), Boston and New York (U.S.A.)
Some of his works are part of museums, institutions and private colections in Havana, Cienfuegos, Zaragoza and Pamplona.
International awards:
- Finalist at the XXV Interational Drowing Award "Joan Miro" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Biennial "Jaime Guash" (Barcelona, Spain)
- Painting Award at the 1st. Painting Contest "Peña Soltera Aragonesa" (Zaragoza, Spain)
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www.iosphere.net/~ottawcon/Galtem
Source: "Revolucion y Cultura" magazine





(1)"La isla que por el mar baila, crece en el despertar del azul" 1996, Acrílico/tela
(2)"El Greco sueña al despertar por la caricia" . Acrílico sobre tela, 187 x 158 cm. 1993







(1) "Buen mirar de ojos". acrílico, 41 x 27 cm. 1996
(2)"Aquí son numerosos los atropellos". Acrílico sobre tela, 90 x 180 cm. 1995






(1) "La pesca que se extiende silenciosa" Acrílico/ cartulina 70 x 49 cm. 1992
(2) "Formas visitadas enla playa" Acrílico/tela 220 x 150 cm. 1993





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8/09/2008

ACERCA DE LA VARIEDAD, LA SINTESIS Y LA MUCHA PINTURA DE NELSON VILLALOBOS. GALERIA NESLE. PARIS,1993


Acrílico/papel. 1992. 114 x 81,5cm





(1)Acrílico/papel. 150 x 107cm. 1992. (2) Acrílico/ papel.220cm x 200cm. 1992






Acrílico/ lienzo. 200cm x 350cm. 1993.




Hace ya algún tiempo que sigo la obra de Nelson Villalobos. Aparte de las colectivas, he visto tres muestras de este artista en otros tantos años, una de ellas semiantológica, ya que abarcaba de1985 a 1992. También conozco el último de sus estudios en Zaragoza. De manera que creo tener impresiones fundadas en el trato directo con la persona y con la pintura. Y debo decir, por lo pronto, que dada la exuberancia multiforme de su producción, hubiera esperado cierto desorden en el taller. Pero no es así, desde luego, puesto que pronto descubre, sin concierto rígido, un sistema que se encamina a la funcionalidad. Pienso que las muchas variantes con que parece rechaza estilemas unitarios se apoyan en su enorme y versátil trabajo productivo. Aunque tampoco desestimemos el gusto ecléctico que elige cuanto le place de las distintas experiencias.


El primero de sus dos manifiestos de “RUPTURA” va firmado por Villa, Lobo y el otro, mientras que en el segundo habla de un grupo en el que participan Nelson, Villa, Ferrer y Lobo. Todos se reducen, sin embargo, a él mismo con la única compañía de s nombre y apellidos. Asume de tal modo la diversidad que prefiere parecer varios en un intento con cierto talante provocativo. Claro que también en la presente exposición encontraremos tres planteamientos distintos. Pero “en el villalobismo” – y son palabras suyas- todo es arbitrario, porque todo tiene razón de ser”. Así admite rasgos magistrales, como los de Klee, Matisse, Miró o el inevitable Picasso, junto a la huella hispanoamericano de Lam. O la más reciente y europea del esquemático Penck. O la de Goya. Nelson es ducho en digerir y llevar a término compatible enfoques muy diversos, con el nexo común del gusto por la factura. Algunas definiciones del arte insisten, a fin de cuentas, en el acto técnico de “hacer” con uso de materiales e intencionalidad.


Su actitud integradora nos lleva de la mano a considerar un sincretismo muy propio del origen caribeño. Con frecuencia lo ha manifestado, si bien menos explícito que en la etapa inmediatamente anterior con la que hoy enlaza. A comienzos de 1993 comencé la síntesis entre la cultura africana animista y al española católica, con pre4sencias como la del misterioso Changó, que es también Santa Bárbara, siempre con su hacha encima. Personaje que, por cierto reaparece una y otra vez en su trayectoria. El primer grupo de lo que prepara para su próxima salida ante el publico anda ahí, por lacedemonia nocturna- sombrío incluso de paleta- por el ídolo y por la máscara. Lo que me enseña ahora se inicia en el papel e implica un carácter más espontáneo dentro de los símbolos y del código personal. Después lo amplía hasta los dos metros. Desde lo previo llegan los esquemas, semejantes a los antiguos antropomorfos, que recuerdan a Penck, aunque resulte más gráfico y villalobos más pictórico.


Sigue un capitulo diferente, ya que parte aquí de collages pequeños, con elementos pegados en realidad, para elevarlos luego a pinturas grandes sobre tela. Esa especie de mosaico le permite unir fragmentos desiguales, cada uno de su tendencia, como clásicos, históricos de otros periodos, fantásticos, kichs y abstractos de color plano. Cabe situarlo entre dos polos: el zúrrela, tan aficionado a los fotomontajes imaginarios, y el cubismo que conlleva factores racionales y es la raíz de cualquier rama constructiva. Porque Nelson resulta más racionalista, se preocupa más por las composiciones y los ritmos. Junta además lo figurativo con lo que no lo es, lo que finge volumen con lo que no lo tiene, las degradaciones con los tonos uniformes. No falta la cuidadosa transcripción de los rasgados originales del papel que traducen por el blanco del soporte, para una calidad tan ilusoria como deliberada.


Por lo que al tercer bloque se refiere, constataremos un eco de las piezas iniciales, puesto que Nelson Villalobos retoma parte de su iconografía. Otra vez hayamos a Changó con el hierro doble sobre su cabeza, como una estilizada cabellera de antaño. Para el que no necesitamos otros modelos que los pictogramas del Caribe, las imágenes populares cubanas o a los fetiches negros. Igual que los hombres-flecha, igual que los guerreros, se inscribe en campos de bastante complejidad, casi como un emblema; pero lejos de simple grafismo, ya que admite una materia relativa en los fondos y también textura en los motivos, a veces sustituidas por el liso brillo del esmalte. Ha vuelto más libre y directo que nunca, con más desparpajo en el decir, con más juego en la transparencia de sus aguadas, más colorista, solo comparable a sus frases ya remotas, recién venido a españa. Con ese repertorio alude Nelson Villalobos a costumbres ancestrales, a ritos prehistóricos, a fiestas de génesis lejanas, a carnavales que arrastran el erotismo de los trópicos. Le gusta contarnos de donde viene. Pero le interesa, más que nada, pintar.



Ángel Azpeitia

Zaragoza, 1993







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5/13/2008

UNA VIEJA RELIGIÓN. Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS" por ALDO MENÉNDEZ


Muchos pueden ser los mundos que nos influyen, o los submundos que nos cautivan. Aunque el hombre no lo quiera, la potencialidad de esos orbes lo tocan. Así, este que sonríe siempre y parece feliz, que aparenta estar sumergido totalmente en su particular universo, ámbito de paz y armonía, como un templo, de algún modo refleja lo que ni siquiera a veces se atreve mirar cara a cara. De suerte que sobre las telas y papeles sus pinceles desprenden un gris que nos ataca, y deslizan cuerpos que aunque serenos a primera vista, padecen o protagonizan un transe extremo.

Algo inquietante y herido por sombras, que se adentra en la religión de los negros africanos, fundada de esta lado del océano, nos conduce a un panteón de invenciones, quizas sudverticiamente consagrado a la muerte, donde a fuego lento, pedazos de la realidad casi indescifrables, están marcando a dioses surgidos de su imaginación demasiado caprichosa.


¿Qué drama cotidiano se infiltra? No importa, ya lo sabemos…


Nadie debía viajar sobre esta isla condenada a grandes estremecimientos, nadie verdaderamente sensible, sin intentar dar un paso en su íntima expresión a algunas de las crestas de sentimiento que la agitan.


Y ahora en el momento más aciclonado de la isla aparece el lobo, el solitario Villa-Lobo, como quien trae ingenuamente, casi sin querer, la respuesta de una pregunta que todavía no nos atrevemos a formular, porque en fin, es materia interior de la ola, paisaje de la ola por dentro; mientras la mayoría seguimos mirando despreocupados la textura externa de la ola, según ella se desliza cual mole incontenible u gigantesca hacía un punto de la geografía marina, en que surgirá seguramente una cresta.


¿Es solo el toque que da esta tierra al expresionismo de siempre y de todas partes?, ¿es el matiz local, la situación singular al margen o desfasada de la moda?, ¿es la mezcolanza caprichosa que el cubano trae en la sangre o la mezcolanza racionalista que el europeo ensaya en sus laboratorios culturales y se nos mete en el cuerpo por algún viaje?, ¿es eso lo que se observa en estas obras?, ¿es eso lo que produce una vibración tan especifica?. Creo que es todo eso y es mucho más. Es una vigorosa alegoría, es también la inevitable alegoría, la que sale a relucir aún cuando estemos seguros, resguardados en nuestro refugio; aún allí, es ese fragmento de realidad que sin permiso hace violento el reposo deseado y agresiva la intención más delicada, más discreta, más sublime.



La Habana, 1990






EL PINTOR VILLALOBOS por JULIO GIRONA. Para la Exposición "MANERAS SIN REMORDIMIENTOS"

He seguido la trayectoria de Nelson Villalobos. Su serie de la exposición que efectuó en Alemania fue para mí una revelación. Conocía su obra anterior, donde mostraba ser un pintor de talento, pero las pinturas que exhibió en Europa eran ya las de un artista logrado, seguro. Durante varios días pensé en esos cuadros, de un dibujo suelto, espontáneo. La gente a mi alrededor parecía haber salido de sus telas, y el mismo pareció que se había vestido para andar por la calle y montar en guagua sin problemas.


En esta exposición vemos que el pintor no se detiene, que busca y encuentra, nos sorprende y se sorprende de sí mismo. En sus imágenes de forma primitiva, y sus figuras con cabezas de pájaros y búhos, que surgen en un escenario de magia, y se revela como poeta y el pintor. Sus pinturas son de dimensiones grandes, no importa el tamaño.




LA HABANA, 1990




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5/12/2008

NELSON VILLALOBOS "CADA DÍA NECESITO UN SONIDO"


Nelson Villalobos posa en su taller, en el centro de Vigo. / Foto MIGUEL NÚÑEZ
Faro de Vigo.Domingo 09 de abril de 2006

NELSON VILLALOBOS “Cada día necesito un sonido”

Apenas lleva tres meses en su nuevo estudio, pero cada rincón rezuma ya el carácter curioso, viajero y creativo de Nelson Villalobos (Cumanayagua, 1958). El pintor cubano dedica cada estancia de un céntrico piso de Vigo a un trabajo diferente: la pintura, la escultura, la fotografía y la biblioteca, que mima con el orden más delicado. "Necesito bastante espacio, porque acumulo cientos de objetos que encuentro y que con el tiempo, a veces años, pasan a formar parte de mis obras, explica. Hierro oxidado, piedras, cables, tablas, herramientas viejas, recortes de revistas... Nelson dota a cada objeto perdido de un nuevo significado. Ahora trabaja en las "islas", originales esculturas que se construyen sobre piedras. Confiesa que le "duele" cambiar de estudio y adaptarse a un nuevo espacio, conseguir sentirlo suyo. Para lograr ese ambiente idóneo, tiene una fiel compañera, la música: jazz, clásica, étnica, flamenca o cubana: "Cada día necesitas un sonido distinto para trabajar". El resto de los sentidos también encuentran cobijo en el taller: el olfato se deleita con el incienso; el gusto, con zumos y picos de pan; y la vista, con las imágenes en las paredes de poetas y pintores a los que admira. Su puerta siempre está abierta a la inspiración: "Cuando estoy en el proceso de gestación de una obra paso muchas horas metido en el estudio; incluso duermo en él. Me olvido del tiempo y me aíslo de todos; nunca abandono el taller si no sé exactamente cómo voy a continuar la obra al día siguiente", confiesa. Nelson se declara un poco "maniático" respecto al orden: "No me gusta que me cambien los materiales de sitio, porque cada pincel tiene su rincón y así no pierdo el tiempo buscándolos".

5/11/2008

NELSON VILLALOBOS. DIBUJOS Y ESCULTURAS. GALERIA MARÍA PREGO. VIGO 2007


Abril de 2007

NELSON VILLALOBOS. DESDE SU PROPIO INCENDIO.
A Lázaro, porque nos faltas.Para Nelson, que no me faltes

Estos son años caóticos, devaluados, atrofiados en lo sublime y en lo puntual, verdaderos adjetivo para calificar la referencia a lo bello। "Hiper" es el único prefijo que se acerca a lo inconmensurable de nuestra vida, y esto cada vez deja más lo inalterable, lo divino, lo excepcional। Nos alejamos de los encuentros fortuitos, esos que son mágicos en su luminosidad, su ingenio, su maravilla। Encontrar es sinónimo de una búsqueda tortuosa, estéril, que subvierte de por sí la etimología del verbo, porque nos priva tajantemente del asombro y la iluminación।Por eso el confluir de los proscritos de la vidriera, los que se niegan a la representación burda de escaparate virtual y efímero, es siempre la posibilidad única del estallido sincopado y dulcemente agónico del paladeo de la belleza, en lo que esta comparte con dos estados míticos: el nirvana y el orgasmo: efímera pero indeleble; instantánea pero eterna; incomprensible pero iluminadora। Así es esta muestra del pintor Nelson Villalobos, que jalonado por el encuentro con el poeta Carlos Oroza, describe el instante de confluencia entre su especial mundo contemporáneo y el caudal infinito que el poeta, afincado en Vigo, atesora en la oralidad paradójica de sus sensaciones. " Me imagino un incendio en la India/ un fuego propagado en Europa" dice un día Oroza, enaltecido como siempre por su visionaria mirada. Nelson transcribe en sus nuevos dibujos, algo que le es afín, que lo emparenta con estos versos. Un rutilante Oriente, que expresa, no sólo una habilidad antológica para la línea, para el dibujo, para la especialidad alterada, para el vacío que es el todo más enriquecedor; sino en esa cosmovisión que supo consolidar desde que se encontró con el mundo: esa donde el espíritu es el portavoz de la profecía, donde nada se excluye y nada se divide, donde todo se conjuga para expresar lo que los románticos llamaron "weltanschauung" y que no es más que la visión mítica del mundo, anterior a la historia, donde no existen barreras para conocer y para convivir. Oriente está presente en esta serie de dibujos, en la sutileza de la línea y en el relleno espiralado de los volúmenes, en la exquisitez del erotismo insinuado, que se aleja de la vulgaridad y nos transporta al mundo de las esencias, de la tactilidad de la seda y de la ritualidad de la tradición. Un mundo transido de ligereza, de blandura delineada: "Rigidez y dureza levan a la muerte, /debilidad y blandura, a la vida llevan" . Pero ese fuego del que habla Oroza, esa combustión europea que se propaga, está presente también en esta serie de dibujos. Primero y más superficialmente, en el colosalismo de su realización: proporciones inmensas, grandes figuras que nos llaman, espacios cotidianos e interiores, listos para ser habitados ; después en esa inclinación a la sensualidad gestual de Matisse, más emparentado con la representación plástica, que con la provocación conceptual.

Concurre también un exorcismo dadaísta, una tendencia explícita a la teatralidad como ruptura del pensamiento lógico que se entronca con lo onírico expresivo de lo surreal, todo eso sí, explicitado a la manera de un muralista, no ideológico, no patriótico, sino subversivo, tatuador de ciudades, embellecedor de muros decadentes, grafitero y calígrafo de palabras inteligibles, donde homenajea al amigo que no está, el aedo que sacralizaba el ron y la melodía, recitando poemas desde la dulzura y desemboca, batido, mezclado con la exquisitez de un alquimista, en un mundo personal, minucioso, donde cabe todo aquello que lo define y lo vivifica. Y cada vez que crea un fragmento del mundo, expresa un amor inconmensurable hacia sus principios, hacia su estética, pues esta es y será para siempre, su ética. Ética/estética tribal, simbolista, cosmopolita, poética, donde uno se sumerge en la crisis misma del hombre que fue, del hombre que es, del único hombre y su misma crisis, para salir transido de esperanza, del reencuentro en el laberinto, sin más equipaje que ser uno mismo. ¿ Que diferencia lo que vemos hoy en estos dibujos de lo que nos llega del mundo exterior? Su audacia para proponer alternativas, su increíble maestría para devolvernos entero un mundo roto, su apego a la humanidad primordial, donde la idea de la inocencia, trasmitida en la mixtura cultural de símbolos propiedad de todos, sin líneas culturales demarcatorias, era la idea del cosmos, de nuestro universo interior. La diferencia radica en la falta pose, en la humildad del iluminado, del sabio que conjuga y aprende; del chamán que nos conduce y nos incita al viaje iniciático. Un viaje interior a un solo hombre, que forma parte de la idea colectiva de la humanidad. Y como chamán nos trae de vuelta, temblorosos, asustados, perplejos. Pero libres, descargados. Nelson es un brujo, un sacerdote de la belleza y la idea, un braman portentoso que levita y sueña nuestras pesadillas, para devolvernos, después de ver su obra, un sueño plácido y reparador Nada de lo que vemos aquí es un credo, sólo es la realidad poética que se necesita para transitar por la virtualidad de nuestras calles confusas, sólo expuesta, nunca imperativa. Esta muestra de dibujos es una posibilidad de comprender el mundo, de detenernos y de mirarnos sin que haya espejos, porque no somos un reflejo, somos sencillamente la consustancialidad azarosa de una idea, somos lo que creemos, lo que miramos, lo que nos atraviesa, lo que enfrentamos. " De puntillas no te puedes mantener en pie" dice Lao Zi, y Nelson Villalobos nunca se ha asomado al mundo desde la parada cobarde. Siempre vuela sobre lo que siente, lo analiza desde la emoción y lo expresa. En su serie de dibujos hay un misterio ontológico y nunca puedo dejar de sentirlo cada vez que veo sus trazos, que con el privilegio del amigo, puedo saborear en soledad y primicia. Más que cualidades técnicas, que de por sí son muy evidentes en estas piezas, siempre me atrapa una sensación de que su obra es una visión, un acontecer futuro sólo para iniciados. Una profecía desde el arte, recobrando este, su condición primitiva y mágica de adelantarse a las circunstancias. ¿Poesía, quizá?

Virginia Ramírez

Crítico de arte
Vigo, febrero 2007

2/10/2007

EL PINTOR, LA CIUDAD Y EL ALMA

EL PINTOR, LA CIUDAD Y EL ALMA. (nota sobre la exposición Laberintos urbanos de NELSON VILLALOBOS)
Crítica de arte:Virginia Ramírez Abreu


Está muy de moda sacralizar entornos por la potencialidad de sus obras maestras; engrandecer la imagen de las ciudades por el inigualable tesoro que albergan tras sus muros o puertas contenedoras, ambos términos virtuales "borderlines", más inhibidores que hospitalarios. La ciudad es punto no sólo de referencia, sino destino y meta final de aquellos cuya sensibilidad se exaspera ante lo bello, ante lo esencial del arte, esa alma de la que tanto habló Baudelaire para legitimar una obra maestra. Para la inmensa mayoría el viaje a una ciudad no es vivirla, respirarla, recorrerla y dejarse seducir por el erotismo de sus símbolos contingentes, sino visitar la memoria de aquellos que dejaron su huella en las piedras, en los lienzos o un metal magníficamente domesticado.La ciudad, víctima de la grandeza indeleble de sus artefactos, ha dejado ya de ser motivo de excitación por si misma, para soportar un alocado y caótico desenfreno por visualizar los grandes contenedores de excelencia, que se acomodan en sus añejos rincones, acariciados por el espectro del polvo efímero. Así, cree el ingenuo degustante, sofisticado en arte, pero amateur en peregrinación, que si ha visto el Louvre, conoce París. O que conoce Venecia porque ha visto todas las obras de Canaletto.Así las cosas, espero no molestar si vuelvo a sorprenderme delante de estas ciudades inventadas por la mano del artista amigo y que nadie se disguste si me retomo cuando afirmo que Nelson Villalobos es un urbanita. Quizá incluso tenga que reconsiderar esta idea y definirlo hoy como urbanista, si me ciño al concepto de creador de ciudades, corriendo el riesgo de parecer demasiado atrevida al jugar con las palabras o simplemente, una snob irremediable.
Sin embargo, no es descabellada la idea si tenemos en cuenta que esta vez, el iconoclasta pintor, inventa ciudades artificiales y nos sorprende con su concepto particular de urbe. A pesar de que es infatigable como viajero y profundo conocedor de media Europa, esta vez no ha mirado en un de esos diarios que gusta llevar consigo, ni siquiera ha "ojeado" libros. No, estas ciudades son las que están en su corazón, utopías que se mezclan con su realidad. Dicho sea de paso, su realidad no esta hecha de materia, sino de pequeñas partículas de irrealidad volátil, cambiante, efímera, que él siempre intenta transmitir como eterna. Es su paradoja, su ideario más fecundo, su permanencia.



¿Que decir de estas paredes que me aguardan en los lienzos? ¿O de esos planos casi aéreos, teñidos de imposible, interrogantes desde los infinitos colores de quien vive muchas vidas? Adivino el desconchado, el repinte, el desconocido graffitti. Presupongo la simultaneidad de estilos, avizoro los siglos transcurridos en la quietud de esas paredes. Entiendo y siento mil ciudades dispares, nevadas o tropicales, grandes o pequeñas, famosas o desconocidas. Y me transporto, viajo, consiento con cada uno de mis sentidos que los colores me enamoren, que me acaricie la pincelada suave o que me abofetee la rabia de un muro agredido por la exaltación de quien ama o la violencia de quien sufre. Afirmo con esto la celebración de la ciudad como ente, transida de símbolos que representan los ideales de sus habitantes o simplemente patentizan, en gesto definitorio, sus creencias. Y me hago partícipe del homenaje, que a modo de ofrenda, hace el pintor a la ciudad de su alma.


P.D. Para el amigo Villalobos, que una vez más me sorprende y me enamora desde la erótica de sus cuadros.


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